Las diferencias entre suelo laminado y tarima flotante pueden hacerte decantarte por uno u otro para instalarlos en el hogar. Quizás no tengas muy claro en qué difieren ambos suelos, ya que recurren a la madera y poseen acabados similares. Confundirse y hacerse un lío es muy sencillo, sin embargo, en esta entrada encontrarás las diferencias entre ambos diseños de suelos.
¿Qué son los suelos laminados?
Los suelos laminados están constituidos por diferentes capas de material, concretamente de cuatro en la mayoría de los casos. La primera es transparente y resistente al desgaste, la cual debe proteger a la que subyace debajo; la siguiente es una imagen de la madera real; la tercera se trata de un panel elaborado con fibras de alta densidad, que dan estabilidad al suelo y garantizan su aguante; y la última capa posee la finalidad de reforzar toda la estructura y evitar que la humedad se filtre.
Suelos de madera: la tarima flotante
La tarima flotante es una variante del parquet en el que no se fija la madera al suelo. Se utiliza preferentemente a la hora de la instalación de suelos de madera natural. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha generalizado el uso del nombre tarima flotante para otros tipos, razón por la cual se asimila el suelo laminado con la tarima flotante, aunque el laminado no sea de madera.
Diferencias entre ambos tipos de suelos y ventajas
Ahora que conoces ambos tipos de suelo es momento de mencionar las diferencias. La primera reside en que la tarima flotante utiliza madera natural, pero en el suelo laminado se recurre a materiales sintéticos para confeccionarlo.
Por otro lado, la tarima está considerada como un suelo de mayor belleza y elegancia. Cada uno es casi una obra de arte que no puede repetirse, aunque necesita de un buen mantenimiento para que siempre luzca perfecto. Al final, quizás el precio sea más elevado, pero merecerá la pena, ya que acabará siendo un auténtico tesoro que legar a las generaciones venideras.
En el caso del suelo laminado cabe decir que son más duros y resistentes que el parquet. Tales virtudes se deben a las diferentes capas y materiales presentes en estos suelos. Además, en la mayoría de los casos resisten sin problemas los efectos de la humedad y son ignífugos, una cualidad que difícilmente puede llegar a poseer la tarima. Por último, cuentan con un gran número de acabados, ya que imitan los patrones de cualquier especie de madera existente o diferentes piedras como el mármol o la pizarra.
Tampoco requieren de mucho mantenimiento los suelos laminados y son los indicados para habitaciones en las que va a haber mucho movimiento. Comercios y oficinas cuentan con este tipo de suelos debido a su alta resistencia.
¿Cómo elegir entre uno y otro?
Decidirse siempre es una tarea difícil. Lo primero que debes tener en cuenta siempre son tus necesidades y pensar en un presupuesto. Si buscas un suelo resistente para la cocina, una habitación donde habrá mucho movimiento, instalar un laminado es la elección adecuada. Aguantará y no requerirá mayores tareas de mantenimiento.
Sin embargo, si lo que buscas es darle a un salón un toque elegante y distinguido la tarima flotante no te fallará. Tendrás que mantenerlo barnizado y acuchillarlo una vez cada cierto número de años; pero poseerás una auténtica joya.
Conclusiones
Merece la pena conocer las diferencias entre suelo laminado y tarima flotante para realizar la mejor elección. Ambos poseen unas características únicas y unas ventajas que los convierten en una gran elección. Si buscas elegancia, la tarima flotante cumplirá con creces; pero si deseas un suelo resistente, un laminado es la clave.
