Las vallas de madera que rodean a un jardín son, sin lugar a dudas, sinónimo de un hogar bien cuidado y esmeradamente protegido.
En su significado más puro, una valla o cerca, es una línea de elementos unidos entre sí y clavados en el suelo, que se colocan alrededor de un terreno. Están destinadas a cerrar o a señalar parcelas y, dependiendo de las necesidades de cada propietario, cumplirán una o más funciones.
En un parque o jardín, estas barreras no solo tienen la misión de establecer sus límites sino que, además, constituyen un complemento ideal para su decoración.
Lograr que cercas y puertas de exterior combinen con el estilo de nuestra casa, de los espacios verdes y del entorno, es todo un arte. No todo armoniza no con todo. Existen unos modelos de celosías decorativas que lucen maravillosamente bien en una casa de campo, por ejemplo, pero no se ven igualmente bien en una casa que se encuentre ubicada en medio de la ciudad.
Usos más habituales de las vallas para el jardín
Antes de decidirnos por la valla más adecuada para colocar en nuestro terreno, hemos de pensar concretamente en qué función o funciones cumplirá.
En este orden de cosas, lo primero que has de plantearte es si su misión será la de impedir que animales y niños entren o salgan, si hará las veces de barrera óptica o si lo que deseas es una barrera decorativa. Tal vez lo único que necesitemos sea proteger nuestra propiedad de la entrada de intrusos. Asimismo, podemos querer proteger plantas y flores contra los avatares del viento o, simplemente, lo que quieres es brindar intimidad y privacidad a tus seres queridos.
Como hemos mencionado anteriormente, las barreras no solo sirven como elemento delimitador sino que también podemos utilizarlas para crear magníficos diseños y decorar nuestros jardines de las formas más diversas y originales.
Por ejemplo, podemos separar diferentes espacios dentro de un mismo terreno creando una diversidad de jardines con su propio estilo y tamaño, o incluso, usarlas para demarcar un paso por el cual deseamos que las visitas transiten y desde el que puedan observar el jardín sin necesidad de pisarlo.
Tipos de vallas: cuando el estilo habla de ti
Una vez que tenemos elegido el uso que daremos a nuestra valla ideal, llega el momento de pensar en las formas, los acabados y de comprobar que la madera con la que está hecha sea resistente a la intemperie.
Las cercas más típicas están formadas por una serie de tablones de madera colocados verticalmente y terminados en forma redondeada o en punta. Dichos tablones se clavan al suelo y se unen entre sí por medio de tablas ubicadas horizontalmente. Estas tablas horizontales se clavan, por su parte, a los tablones verticales.
Un factor muy importante a tener en cuenta, es cuidar que la estructura se coloque a más de 5 cm del suelo. Asimismo, el aislamiento de los postes juega un papel fundamental por lo que su base ha de ser celosamente protegida de la humedad.
¿Qué tipo de valla elegir de acuerdo al estilo de nuestra casa y el jardín?
Cuando nos disponemos a elegir la valla más adecuada para nuestro jardín, hemos de tener en cuenta fundamentalmente el estilo de la casa y el del entorno.
Cierto es que la protección y la delimitación de un terreno son las principales funciones que una cerca debería cumplir, sin embargo, además tendría que dar ese imprescindible toque de identidad y de personalidad a una vivienda.
Hay que tener en cuenta que una elección acertada le aportará un valor añadido a nuestra propiedad.
Vallas rústicas que ofrecen privacidad
Si la casa está inmersa en un entorno rústico, es decir, en un paraje rodeado por la naturaleza, las cercas “split ferrocarril”, por ejemplo, pueden constituir una gran elección. Se suelen denominar así, a las vallas que aparecen típicamente en las películas del oeste y que, por su forma de unirse entre ellas, nos recuerdan a las vías del tren.
Las cercas rusticas combinadas con enredaderas son una excelente opción para ganar en privacidad y, al mismo tiempo, mantener vivo el entorno campestre. Ya sea que deseemos utilizarlas como una barrera acústica o visual, lo cierto es que la madera te proporcionará la opción más atractiva sobre cualquier otro material.
En caso de que deseemos una mayor intimidad, nos decantaremos por el estilo de empalizada. Esta forma de colocar la madera se transforma en una barrera sólida ubicada entre nuestro jardín y el del vecino. Si preferimos, incluso, un mayor aislamiento podemos darle a la barrera una altura superior a lo que es habitual, valiéndonos de las cercas de piquete alto. Eso sí, tienes que tener en cuenta que, a cambio, sacrificaremos algo de diseño y de entrada de luz solar.
Las cercas de madera maciza son, por su parte, capaces de aportar un contexto armónico a los terrenos con cultivos, y las cercas de madera aireadas (como por ejemplo las de estilo ferrocarril) pueden lucir como fondos o primeros planos de jardines creados con diseños diferenciados.
Vallas blancas: encanto y luminosidad
Un jardín vallado con maderas pintadas de color blanco aportan un especial encanto y elegancia a cualquier entorno, sin importar su ubicación ni tamaño.
El contraste de color blanco con los diferentes tonos de verde le brinda una armonía especial al ambiente. Dicho contraste crea un paisaje idílico que, visto en su conjunto, se percibe como un espacio acogedor y repleto de luminosidad.
Si te agradan los jardines con estilo y personalidad, las vallas blancas son tu mejor elección.
Madera tratada para uso exterior
La madera que se encuentre al aire libre requiere de unos cuidados especiales. Los tratamientos destinados a la madera utilizada en el exterior tienen por objetivo prevenir, curar o mantener la estructura en buen estado.
En este orden de cosas, es de vital importancia que la madera de nuestras cercas esté convenientemente tratada. Para ello es indispensable elegir una madera que haya tenido los tratamientos adecuados destinados a evitar que se deteriore por inclemencias meteorológicas, tales como la lluvia, la humedad, el viento, el sol, el ataque de insectos y, por supuesto, el paso del tiempo.
A continuación conoceremos dos tipos de tratamiento para la madera: en autoclave y termotratada. No obstante, has de saber que existen maderas que por su durabilidad natural no requieren de ningún tipo de tratamiento adicional.
Madera tratada en autoclave
Este método introduce en la madera diversos productos protectores y lo hace a través de autoclave con vacío. A tales efectos se utilizan protectores orgánicos naturales, protectores en disolvente orgánico, hidrosolubles, hidrodispersables y productos mixtos.
La norma UNE-EN 335 define cinco clases de uso en función de la penetración y retención del producto en la madera e indica los agentes biológicos que las afectan. En el caso de protección para las cercas de madera se utiliza la clase de uso 4 por estar en contacto con el suelo, con el agua dulce y expuesta a humedad permanente.
El tratamiento en autoclave protege la madera de la acción de agentes biológicos tales como hongos cromógenos, coleópteros, hongos de pudrición y también hongos de pudrición blanda.
Madera termotratada
En el caso de la madera termotratada se la expone a una temperatura superior a los 160 ºC con una disponibilidad reducida de O2. Esto hace que se modifiquen las paredes celulares y cambien las propiedades físicas de la madera.
Para ello se expone la madera a aire caliente, a nitrógeno caliente, a vapor o a inmersión en aceite caliente. La madera puede estar seca o húmeda. Como resultado su color se oscurece, se incrementa su dureza, se torna más ligera y se reduce su humedad y transmitancia térmica.
La madera termotratada se vuelve inmune frente a los hongos xilófagos, sin embargo hay que tener en cuenta que algunos insectos pueden permanecer en un estadio larvario.
Las vallas de madera con un tratamiento adecuado reúnen las siguientes ventajas:
- . Resistencia a las inclemencias del tiempo.
- . Mayor durabilidad.
- . Aspecto más agradable.
- . Mayor dureza y elasticidad.
La relación entre precio y calidad
Hallaremos en el mercado cercas de diferentes precios y calidades. Estos varían en función de los materiales con los que se han sido realizadas, de la perfección de sus acabados y de sus medidas y de sus tamaños.
En estos factores radica la importancia de la elección que hagas, porque, en definitiva, las vallas de madera que coloques en en el exterior de tu propiedad hablarán de nuestra personalidad, de nuestras necesidades, de nuestro estilo y del mimo con el que tratamos esa parte tan importante de nuestro hogar: el jardín.
Vallas baratas para jardines
Si estamos buscando una opción a buen precio, las cercas rústicas, elaboradas con madera natural serán tu mejor opción.
Una cerca de madera natural realizada con troncos o tablas, es una elección simple y de bajo coste que, si está bien pensada y correctamente diseñada, lucirá preciosa en el jardín.
Su aspecto artesanal ofrece una simplicidad y sencillez que van acorde a un entorno completamente natural.
Vallas para perros
Una de las preguntas más habituales de los dueños de mascotas es: ¿he de usar una barrera para perros en mi hogar?
La respuesta es sencilla: una barrera para perros permite que se establezcan límites en ocasiones que así lo requieren, por ejemplo, una cerca para tu cachorro te permite mantenerlo seguro cuando no puedes estar presente para cuidarlo.
A diferencia de una jaula o de un corralito para cachorros, las vallas le permiten a tu mejor amigo gozar de una gran libertad, al tiempo que le aportan una frontera de seguridad.
Existen otras razones de peso por las que el empleo de cercas, tanto interiores como exteriores, son una opción más que razonable para tu mascota:
- - Necesitas salir y no tienes a nadie que cuide de tu mascota.
- - Acoges un nuevo perro en casa y deseas que tus otras mascotas se acostumbren poco a poco a él.
- - Tu perro aún no está educado y sus impulsos tienen cierto peligro para las visitas.
- - Quieres marcarle límites para que se sienta feliz aun cuando no estás en casa.
Estos y muchos otros motivos hacen que una valla para mascotas sea una opción excelente, pero... la pregunta que hemos de hacernos a continuación es:
¿Cómo elegir la valla adecuada para mi mascota?
Existen diversas clases de cercas para perros. Las hay más caras y más baratas, pero cada uno de ellas posee particularidades, estética y funcionalidades que les son propias.
Sin embargo, lo más importante es que la valla nos brinden la tranquilidad necesaria y nos libere de la preocupación acerca de lo que pueda sucederle a nuestro mejor amigo cuando estamos ausente.
Comprar una valla para perros puede parecer algo simple, pero es importante que tengamos en cuenta algunas situaciones, ya que la seguridad de nuestra mascota depende de ello.
- Material de calidad: es importante que el material que elijas sea resistente a las inclemencias del tiempo. Las de madera tratada reúnen las mejores condiciones, además de aportar belleza y calidez al entorno.
- - Material resistente: a los mordiscos y golpes de tu perro.
- - Alto y ancho: no es lo mismo que tengas un Chihuahua que un Gran Danés. La cerca que compres debe estar acorde a su tamaño para que se sienta cómodo y seguro.
- - Puerta: puedes añadir una o más puertas, lo importante es que el sistema que adoptes sea seguro cuando esté bloqueado.
Si buscas la valla perfecta has de pensar en el tipo de perro que tienes, en cómo se comporta y en el uso que desees darle. Ten presente que tu perro salta, mastica, empuja, muerde… y todas estas características han de influir en tu elección.
Conclusiones finales
Las vallas constituyen todo un mundo de protección, seguridad, intimidad, barreras visuales, auditivas, además de ser unos maravillosos elementos de decoración.
Antes de elegir la cerca definitiva piensa en todos los aspectos que te hemos señalado.
Estamos absolutamente seguros de que, si sigues al pie de la letra nuestros consejos, tomarás la mejor decisión a la hora de comprar las vallas de madera perfectas para tu jardín.